domingo, 4 de noviembre de 2018

Manifiesta Mamífera

Manifiesta Mamífera  es una obra, es un texto, es un manifiesto, fue una performance , es una intervención , es resistencia desde la lengua, la palabra, la acción.
Durante todo el mes de Noviembre de 2018 estará expuesta en Galería Botánica , calle 53 esquina 4 La Plata . 



En “El cuentista” de Saki,  el  contador de historias entretiene a unos chicos durante un largo viaje en  tren. Cuenta  sobre  una niña llamada Bertha, tan buena que ha ganado  una medalla por obediencia, otra por puntualidad y una tercera por buena conducta. Cuando  el aburrimiento  se adueña de los chicos, ante lo previsible de la narración, el contador dice: “but she was horribly good" (pero ella  era espantosamente  buena). A partir de ese binomio extraordinario  el cuento resulta tan atractivo como  impropio. El oxímoron de Saki nos seduce, como   a los chicos del tren.  La niña, al final de la historia es, además,  devorada por el lobo no por su falta, sino por su obediencia. Saki nos interpela, sugestivo,  con   la incorrección de lo  bueno. La pulcra, prolija, obediente niña no es más  que  una invención.  No fuimos ni seremos así aunque se hayan esforzado por convencernos.
Vladimir Propp  explica en su obra “Las Raíces históricas del Cuento”  que el bosque se suele presentar como un “lugar denso, oscuro, misterioso y poco convencional”. Aunque  Vladimir no   hablara de  nuestros cuerpos, hay una homología  entre  el bosque de las fábulas,  transformado en una geografía moralizante,   y la carga moralizadora  que recae sobre  nosotras desde entonces.
Aventurarse en el bosque constituía  una experiencia peligrosísima, muchas veces mortal. Pero las alegorías literarias de niñas inocentes como animales de presa se subvierten. Hoy aventurarse en el bosque es  salirse de la senda, romper los límites, encontrar la identidad. No podemos comprender el bosque desde sus bordes, hay que adentrarse en él. Una actitud activa y voluntaria. Algo “emboscado” nos está esperando.   Los “errores” que nos habitan están  acechando en su interior: el deseo, la pulsión sexual, la ira, el miedo.
Hoy sacamos de lo más profundo del bosque todos  los monstruos.
Hoy sacamos los prejuicios de nuestro cuerpo hecho tabú  y  lo deseamos más salvaje que disciplinado. Nos asumimos  hediondas y peludas. Somos mamíferas. Sangramos y le damos  de comer a nuestras crías con la leche  que emanan  nuestros pechos o,  tal vez,  decidamos  con fiereza  torcer nuestro destino biológico.   
Como elijamos, pero nunca espantosamente buenas.
                                                                                        Roxana D'Auro  

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