jueves, 26 de julio de 2018

Errar ( un texto para Revista 27)

La Revista 27 nos convocó junto a mi socia y amiga Eliana Nieves a participar de la última edición . 
http://revista27.com.ar/viajes/errar/

 
Los lugares más impactantes del planeta, los más exóticos, los más bellos, los que  absolutamente hay que conocer   antes de morir, el top-ten de los destinos. Todas las  pestañas abiertas en mi computadora  son un testimonio lapidario  de que es domingo y estoy sola. Apenas escribo viaj…. y el proceso de selección de Google se activa  tirándome tips, blogs , visitas virtuales, videos 360 grados , wikipedia y diccionario bilingüe.
    Lugares. Territorios. Áreas. Zonas. Places. Lugar se dice “place” en inglés y con esa economía característica de la lengua  anglosajona,   también se usa como verbo: “place” es acomodar, alojar, asentar, colocar. Así como usamos “chatear”, “lugarear” sería una encantadora versión  en español.  Lugareo mi cabeza sobre tu pecho suena hermoso y más aún en domingo. Arranco a escribir un poema  con esa idea,  pero la falta de aceptación de mi  creatividad de la revisión automática del Word me saca de mis fantasías.   El corrector ortográfico marca un supuesto error. Errar también quiere decir  vagar, ir de un lugar a otro. Ni más ni menos lo que  hago todos los domingos  hueveando por  internet.  
      De pronto me ataca un brote rebelde  de fin de semana que agoniza. Me despabilo. Quiero desoír  al Corrector Ortográfico y dejar  que  mi lenguaje salga de andanzas.        ¿Qué pasa  con todas esas palabras que luego de clickear  el mouse a la derecha  quedan omitidas? Todo un mundo de palabras exiliadas por erradas,  una especie de condena  que las obliga a peregrinar definitivamente del texto. Me despiertan  simpatía,  no las imagino melancólicas o deprimidas, es más, creo que el correctivo  les dio alas.  Imagino un territorio  de errores viviendo libres de culpa y cargo, palabras liberadas  de la competencia  entre la ese y la ce  o del silencio de la mudita ache, que bastante jodida es,  tan calladita ella.
     Un territorio de errores para visitar.
     Un territorio escondido, negado, un santuario, algo excluido de todo tour.
     Un lugar que no exista ni en libros, ni en enciclopedias.


    Dicen  los manuales
          que los hombres,  en toda su geografía
    además  de
            hombros y brazos y pelos y barba y piernas y pieles y pene
   tienen una laguna

            escondida

            al sudoeste  del corazón
adonde  van a parar sus lágrimas cuando sufren por amor .
Y,  como los hombres no lloran,  
les sudan las manos
para disimular tanta tristeza.


       Me fui al carajo en expedición por  tus territorios.
      Son las consecuencias de escribir un domingo.

                                                                                                          Roxana D'Auro

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