sábado, 20 de abril de 2019

Santuarios


Cada cual homenajea como puede. 
En la Cava se va alzando un altarcito, el cenotafio, la apacheta, 
esa forma de canonización popular (¿acaso hay otra?).
De esos santuarios espontáneos  nace el mito y 
del mito el recordatorio duradero.
María Elena Walsh


   


Santuarios

¿Qué santos son los del borde? ¿Qué santuarios tenemos en los márgenes?    Afuera del cuadrado perfecto del casco urbano de La Plata   la gente también reza, un rezo pagano, a santas guaraníes  y jóvenes asesinadas    o le ofrece un vino de cajita de cartón a un gaucho milagroso.  

Lejos de la traza impecable de Benoit , las calles se bifurcan como caminitos de hormigas , se abren entre  la tosca y el barro y sobre las veredas de pasto  se erigen los  retablos , casitas de chapa y vidrio , con flores de plástico y luces de navidad .


En la esquina de 38 y 131 está el altar de Maca. Tiene su  porta retrato  y  en la pared blanqueada a la cal nos interpela  su nombre con las mismas  letras grandes  que se usan en  una campaña proselitista. Caminando  hasta 135, una baldosa  entre medio del yuyerío   dice: “Ermita Virgen Caacupé”.  El bronce es para otros, acá hay  cemento, arena  y cuchara de albañil. Cinco  cuadras para adentro está el santuario del Gauchito Gil, un predio donde las familias fueron “plantando” sus altares  pintados de rojo  con techo de chapa para proteger estatua y botella de vino. Hay bailanta todos los 8 de enero y los salmos son al ritmo del chamamé .
En la otra punta, en la plaza de 1 y 38  la virgen de la jaula   se manifiesta como un oxímoron, enrejada  y bajo llave ,  bien guardadita en su cubículo privado  dentro de un espacio público  .


Roxana D’Auro 

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