1-
La lluvia que es partícula de luz suspendida
Humedad con aspiraciones de lluvia
La que gusta de mis medias a rayas colgadas en la soga.
2- Como malas palabras salpicadas , así, escupe la lluvia sus
gotas
gotones
sueltos
perdidos
Gasta su juventud en un ciego efímero entusiasmo.
3- Llueve adentro
En la cocina
Sobre tu cama
En el baño
…detrás de la biblioteca la lluvia se mete
quiere conocer los mundos secos
4- Cuando llueve con viento
Juegan carreras las gotas sobre los vidrios
Y yo con un cronómetro les tomo el tiempo.
5- Lluvia negra
Lluvia hambrienta
Lluvia que lame las fotos
Y orina en las páginas de tus libros de poemas
Lluvia negra
Lluvia hedionda
Tu olor a 89 (¿? ) muertos
Lluvia negra
Lluvia silenciosa incansable
La marca en el muro
La tierra lavada
El hongo que crece
Lluvia negra
Lluvia de Abril
6- El deseo se hace lluvias esos domingos en los que stop el mundo cuando nuestros abrazos convocan nubarrones y nuestros gemidos se confunden con los truenos y me voy y te vas con el agua que vemos tras la ventana y nos justificamos y no sabemos que nació primero si la lluvia o el deseo.
7- Odiosa la lluvia que elige lloverse en mi cumpleaños
Lluvia que no entiende de almanaques
Ni de lo tristes que lucen los globos mojados
Lluvia aguafiestas que merece morir bajo una cruz de sal
8- Lluvia criolla
Lluvia argentina
Sin sobretodo
Botas
paraguas
lluvia- conjuro para mezclar harina y agua
y llenar de olor a grasa las casas
9- Lluvia arrepentida
Lluvia esquiva
Lluvia que amenaza con olor a tierra mojada
Lluvia que crece a la distancia, negra, majestuosa
Y nos deja a nosotros
secos en estas calles
No quiere morir en una alcantarilla
Esa lluvia
Se sabe innecesaria … todos en esta ciudad ya tienen agua en sus miradas
10- La lluvia del potrero es una lluvia que no moja, ya lo dicen los lluviólogos , en algunas regiones del planeta la naturaleza de las cosas no se altera por su presencia , parece ser un fenómeno que se da con mayor intensidad en la periferia donde , es evidente , las camisetas no se mojan , ni las zapatillas se embarran ni la pelotas se ponen pesadas. Los protagonistas de esta singular precipitación confirman en sus declaraciones no advertir la caída de la misma, ni tener sensación de frío o humedad alguna sobre el cuerpo, descreen inclusive de los truenos argumentando que seguro gritan sus goles desde el cielo.
Roxana D'Auro
Humedad con aspiraciones de lluvia
La que gusta de mis medias a rayas colgadas en la soga.
2- Como malas palabras salpicadas , así, escupe la lluvia sus
gotas
gotones
sueltos
perdidos
Gasta su juventud en un ciego efímero entusiasmo.
3- Llueve adentro
En la cocina
Sobre tu cama
En el baño
…detrás de la biblioteca la lluvia se mete
quiere conocer los mundos secos
4- Cuando llueve con viento
Juegan carreras las gotas sobre los vidrios
Y yo con un cronómetro les tomo el tiempo.
5- Lluvia negra
Lluvia hambrienta
Lluvia que lame las fotos
Y orina en las páginas de tus libros de poemas
Lluvia negra
Lluvia hedionda
Tu olor a 89 (¿? ) muertos
Lluvia negra
Lluvia silenciosa incansable
La marca en el muro
La tierra lavada
El hongo que crece
Lluvia negra
Lluvia de Abril
6- El deseo se hace lluvias esos domingos en los que stop el mundo cuando nuestros abrazos convocan nubarrones y nuestros gemidos se confunden con los truenos y me voy y te vas con el agua que vemos tras la ventana y nos justificamos y no sabemos que nació primero si la lluvia o el deseo.
7- Odiosa la lluvia que elige lloverse en mi cumpleaños
Lluvia que no entiende de almanaques
Ni de lo tristes que lucen los globos mojados
Lluvia aguafiestas que merece morir bajo una cruz de sal
8- Lluvia criolla
Lluvia argentina
Sin sobretodo
Botas
paraguas
lluvia- conjuro para mezclar harina y agua
y llenar de olor a grasa las casas
9- Lluvia arrepentida
Lluvia esquiva
Lluvia que amenaza con olor a tierra mojada
Lluvia que crece a la distancia, negra, majestuosa
Y nos deja a nosotros
secos en estas calles
No quiere morir en una alcantarilla
Esa lluvia
Se sabe innecesaria … todos en esta ciudad ya tienen agua en sus miradas
10- La lluvia del potrero es una lluvia que no moja, ya lo dicen los lluviólogos , en algunas regiones del planeta la naturaleza de las cosas no se altera por su presencia , parece ser un fenómeno que se da con mayor intensidad en la periferia donde , es evidente , las camisetas no se mojan , ni las zapatillas se embarran ni la pelotas se ponen pesadas. Los protagonistas de esta singular precipitación confirman en sus declaraciones no advertir la caída de la misma, ni tener sensación de frío o humedad alguna sobre el cuerpo, descreen inclusive de los truenos argumentando que seguro gritan sus goles desde el cielo.
Roxana D'Auro
Genes
ResponderEliminar23/05/15
Los mejores amigos del hombre. Los más fieles. Las mascotas que elige el ser humano para su compañía, para guiar a los que no ven, para cuidar su territorio, para detectar elementos peligrosos, como terapia para los ancianos, o simplemente, para desarrollar un lazo afectivo. El perro, desde milenios, tiene esa vinculación con el humano. Se dice que los ancestros eran salvajes; pero se domesticaron a cambio de protección y alimento. Creo, además, que esta relación va mucho más lejos: está en los genes. En los genes de ambos. Está de alguna manera, en la naturaleza de esas dos especies. Por la forma en que nos relacionamos con ellos, por el afecto que les brindamos, por esa amistad y compromiso con su raza. Son parte de nosotros, parte de nuestra familia o manada. Se ponen tristes si estamos tristes; alegres si estamos bien; juegan cuando queremos jugar; nos acompañan en los momentos difíciles, como percibiendo la pena que nos acongoja. Hasta nos entienden cuando queremos decirles algo, aunque nuestras palabras sean diferentes, nuestro idioma sea diferente; basta encontrarse con los ojos de ellos o un simple gruñido, para comunicarnos, para saber qué pasa. Ese vínculo que se desarrolló durante siglos, hizo que exista ese lenguaje gestual que nos relaciona, que nos hace entender y comprometernos con ellos. Nada más maravilloso que jugar con la pelota o con el disco que vuela: tirarlos por el aire y el salto y ataparlos antes de que caigan al suelo, o el juego de lanzar un palo y devolverlo una y otra vez, una y otra vez y, después, las caricias y las lamidas agradecidas. Está en la naturaleza, así lo creo. Se dice que compartimos un alto porcentaje de nuestro código genético: de ahí esa simbiosis.
Pero a veces hay actos incomprensibles. Incomprensibles como la violencia innecesaria. ¿Por qué sucede? ¿Cuántas veces supimos del maltrato? No sé por qué pero pasa. Y mucho. Y no todo se da a conocer. No todos tomamos conciencia de ello. Tal vez la naturaleza nos traiciona o se revela en contra de nosotros mismos. O hay algo de perverso en los genes, que nos hace actuar así. Un error en la cadena genética que nos hace maltratar a nuestro más fiel compañero. Tal vez sea un reclamo de atención, o celos, o para demandar el liderazgo perdido; ser otra vez el amo del territorio. Por eso le orinamos la rueda de su auto, le rompemos las funda de su sillón preferido, despedazamos las almohadas, mordisqueamos los muebles y hasta le hincamos el colmillo en alguna parte del cuerpo.
El Perruquero