domingo, 2 de agosto de 2015

Postales bonaerenses





¿A dónde van los perros que caminan solos, sin dueño? Parecen tan decididos, con el paso rítmico, hasta en cierto modo, apurado. Van un poco cabeza gacha, un poco el rabo entre las patas, para no llamar la atención; pero los de adentro no resisten su descarada libertad y escupen sus bramidos tras las rejas, los alambrados, y ladran , ladran , ladran , todos juntos , desaforados . Sin embargo, los perros que andan sueltos no alardean, tal vez de reojo y a la pasada, lancen alguna mirada, como quien no quiere la cosa , mientras los otros ya se paran en dos patas o corren en círculos y hunden más aún el surco que hace años vienen haciendo en el jardín . Los perros libres hasta saben cruzar la calle, pararse justo en el límite ése donde el asfalto se mezcla con el barro o el pasto y hasta saben de esperas, calculan distancias y velocidades, sin equivocarse,…casi nunca.

Las señoras de mi barrio no quieren a los perros libres, a los que gustan de hundir su hocico en las bolsas de la basura, a los que eligen la hora de la siesta para pasear sus huesos, por eso salen , ellas , chancletas de paño, medias tres cuartos , hundiendo las manos en el bolsillo del delantal ,… sacan la gomera y apuntan .
Practican hace años las señoras de mi barrio y, es una pena, pero cada vez están afinando más la puntería.


Roxana D'Auro


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