jueves, 29 de noviembre de 2018

El papel, esa joya

Fui invitada por la artista Karina Cortés a  acompañar con un texto la presentación de su nueva colección de joyería : collares realizados con  piezas de papel provenientes de distintos libros , hechas a mano   e hilvanadas una a una . Cada uno contenido  en una caja - libro . 
"Llevar puestas las palabras que nos construyen" . 




Leer  es develar un secreto, dice Graciela Montes: “Se lee cuando se develan los signos, los símbolos, los indicios”.
Karina  Cortés es lectora ávida y artista,  y cuando alcanza el sentido, trasciende esos signos  y los modifica. Podríamos decir  que para Karina  leer es algo así como enhebrar palabras, coserlas unas a otras, engarzarlas como abalorios.
¿Cómo se construyó este territorio  donde las historias mutan en piezas únicas  de joyería? Karina Cortés diseña  sus piezas muchas veces a partir de materiales encontrados, otras veces de materiales elegidos, pero siempre esos materiales  tienen un devenir, un derrotero que los hace únicos.  Ligada  a  los aspectos sensibles y materiales  que rodean la lectura, para esta colección Karina Cortés vincula con el libro-objeto-cuerpo, tanto como con su contenido: el peso, la rugosidad de la  tapa, el  olor y la textura de las hojas son elementos que van de la mano de las historias o  la poesía  
Elegir fragmentos  de esos libros  e  hilarlos, por lo tanto,  tampoco puede ser un  acto mecánico. Cuando la ficción ingresa en nuestras vidas, entra en diálogo con lo que somos y  comprendemos que las palabras no se usan solo  para explicar , dar órdenes o para decir cómo es el mundo , comprendemos que las palabras  tienen una palpitante fuerza vital y que pueden combinarse  entre ellas  para construir algo maravilloso. La lectura es siempre una forma de apropiación y en esta colección Karina Cortés se demora  en el destello de cada palabra,  con  un ejercicio casi zen elabora una a una las  piezas, condensando en ellas la esencia de cada libro elegido.
Una colección que construye un sentido con el cuerpo, el tiempo y la palabra. Todos somos un poco los libros que leímos.


Roxana D’Auro 

La imagen corresponde a una pieza de la colección 

Karina Cortés / Tienda Taller    64 # 967   La Plata

http://cortesjoyeria.com.ar/index.html

https://www.facebook.com/CortesJoyeriaCo/ntemporanea







domingo, 4 de noviembre de 2018

Manifiesta Mamífera

Manifiesta Mamífera  es una obra, es un texto, es un manifiesto, fue una performance , es una intervención , es resistencia desde la lengua, la palabra, la acción.
Durante todo el mes de Noviembre de 2018 estará expuesta en Galería Botánica , calle 53 esquina 4 La Plata . 



En “El cuentista” de Saki,  el  contador de historias entretiene a unos chicos durante un largo viaje en  tren. Cuenta  sobre  una niña llamada Bertha, tan buena que ha ganado  una medalla por obediencia, otra por puntualidad y una tercera por buena conducta. Cuando  el aburrimiento  se adueña de los chicos, ante lo previsible de la narración, el contador dice: “but she was horribly good" (pero ella  era espantosamente  buena). A partir de ese binomio extraordinario  el cuento resulta tan atractivo como  impropio. El oxímoron de Saki nos seduce, como   a los chicos del tren.  La niña, al final de la historia es, además,  devorada por el lobo no por su falta, sino por su obediencia. Saki nos interpela, sugestivo,  con   la incorrección de lo  bueno. La pulcra, prolija, obediente niña no es más  que  una invención.  No fuimos ni seremos así aunque se hayan esforzado por convencernos.
Vladimir Propp  explica en su obra “Las Raíces históricas del Cuento”  que el bosque se suele presentar como un “lugar denso, oscuro, misterioso y poco convencional”. Aunque  Vladimir no   hablara de  nuestros cuerpos, hay una homología  entre  el bosque de las fábulas,  transformado en una geografía moralizante,   y la carga moralizadora  que recae sobre  nosotras desde entonces.
Aventurarse en el bosque constituía  una experiencia peligrosísima, muchas veces mortal. Pero las alegorías literarias de niñas inocentes como animales de presa se subvierten. Hoy aventurarse en el bosque es  salirse de la senda, romper los límites, encontrar la identidad. No podemos comprender el bosque desde sus bordes, hay que adentrarse en él. Una actitud activa y voluntaria. Algo “emboscado” nos está esperando.   Los “errores” que nos habitan están  acechando en su interior: el deseo, la pulsión sexual, la ira, el miedo.
Hoy sacamos de lo más profundo del bosque todos  los monstruos.
Hoy sacamos los prejuicios de nuestro cuerpo hecho tabú  y  lo deseamos más salvaje que disciplinado. Nos asumimos  hediondas y peludas. Somos mamíferas. Sangramos y le damos  de comer a nuestras crías con la leche  que emanan  nuestros pechos o,  tal vez,  decidamos  con fiereza  torcer nuestro destino biológico.   
Como elijamos, pero nunca espantosamente buenas.
                                                                                        Roxana D'Auro